Es una obviedad decir que los recursos del planeta son limitados, pero parece que a veces el ser humano vive ajeno a esta afirmación. Y es que, a 29 de mayo, sólo 149 días después de haber comenzado el año, España ha entrado ya en un periodo de déficit ecológico. El precio ambiental que pagamos por esta situación es demasiado elevado como para no prestarle un poco de atención.
Y es que nuestro planeta, como cualquier hogar o empresa, dispone de unos recursos limitados, que podrían entenderse como un presupuesto ambiental.
Este presupuesto ambiental viene marcado por la capacidad de reposición de los recursos disponibles, además de la capacidad para absorber la contaminación y el resto de impactos generados por el propio ser humano.
El problema se presenta cuando los habitantes del planeta consumimos más recursos de los que el planeta es capaz de producir en un año, además de la contaminación derivada que la naturaleza no tiene capacidad de neutralizar.
Y es que, según el informe “Vivir por encima de los límites de la naturaleza en Europa” publicado por WWF en colaboración con Global Footprint Network, en España estamos viviendo por encima de los límites de la propia naturaleza. Pero este, desgraciadamente, no es solo un problema de nuestro país.
A nivel europeo, el día de sobrecapacidad es el 10 de mayo y a nivel mundial se retrasa hasta mediados del mes de julio.
El día de sobrecapacidad marca el día a partir del cual, de ahí hasta final de año, la demanda de bienes y servicios naturales sólo puede ser satisfecha explotando los recursos (naturales, energéticos…) a un ritmo por encima de la capacidad de la Tierra para reponerlos o regenerarlos. Es el día en el que comenzamos a expoliar nuestro planeta.
«Este abuso tiene graves consecuencias»
Vivir a crédito, por encima de las posibilidades que el planeta nos brinda, conlleva una pesada carga extra para el planeta en forma de cambio climático, pérdida de biodiversidad y escasez de recursos de agua, alimentos y materiales.
Las razones fundamentales que nos llevan a caer, año tras año, en un déficit ecológico cada periodo más tempranero es que, el actual sistema económico no tiene en cuenta los verdaderos impactos ambientales de nuestra actividad económica. Y es que no estamos considerando, en la cuenta de resultados, las pérdidas ambientales derivadas de esta sobre-explotación. A pesar de que las consecuencias de este déficit pueden llegar a ser letales.
¿Cómo se calcula esta huella ecológica?
Para su cálculo se tiene en cuenta el conjunto de los impactos derivados de distintos sectores, por ejemplo:
- Huella ecológica de las tierras de pastoreo: mide la demanda de pastizales para
criar animales para la producción de carne, leche, piel y productos de lana. - Huella ecológica de los productos forestales: mide la demanda de los bosques
para proporcionar madera para combustible, productos de madera y pasta de papel. - Huella ecológica de las zonas pesqueras: mide la demanda de los ecosistemas
marinos y de agua dulce necesarios para repoblar los mariscos cosechados y apoyar la
acuicultura. - Huella ecológica de las áreas de cultivo: mide la demanda de terrenos para la
obtención de alimentos y fibras, piensos para animales, cultivos oleaginosos y caucho. - Huella ecológica de las superficies urbanizadas: mide la demanda de las áreas
biológicamente productivas cubiertas por infraestructura. - Huella de carbono: mide las emisiones de carbono derivadas fundamentalmente de la quema de combustibles fósiles para obtener energía. Te lo explicamos aquí.
Pero, ¿y qué supone este déficit ecológico?
El déficit ecológico viene vinculado a:
- Incremento de la deforestación global.
- Pérdida de la biodiversidad.
- Agotamiento de los recursos pesqueros.
- Escasez de agua.
- Erosión del suelo.
- Contaminación del aire.
- Incremento de los efectos devastadores del cambio climático.
Vivir en situación de déficit ambiental en realidad es una pérdida de riqueza para toda la sociedad. Llevar a nuestros recursos naturales a una situación de colapso supone altos niveles en el cálculo del Producto Interior Bruto sin tener en cuenta que la economía no puede funcionar sin el medio natural.
¿Y en España?
Para España, según este estudio, el día de sobrecapacidad llega el 29 de mayo, es decir, solo 149 días después de haber comenzado.
«Nuestro país vive el 60% del año en situación de déficit ambiental»
Respecto al año pasado, el día de sobrecapacidad se ha adelantado 15 días.
El español medio necesita nada más y nada menos que 2,3 planetas iguales a este para satisfacer sus demandas de recursos. Algo menos que la huella ecológica de la Unión Europea, que en su conjunto, necesita 2,8 planetas.
España tiene una huella ecológica que, medida en hectáreas globales necesarias por persona, nos dice que cada español/a necesita 4,04 hag (hectáreas globales por persona). Esto, teniendo en cuenta que la capacidad de hectáreas disponibles por persona en España es de 1,37 hag, nos sitúa en un déficit ecológico de 2,67 hag.
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A veces puede parecer que todo esto son datos con los que no podemos hacer demasiado. Pero ya solo disponer de la información y tomar conciencia es un gran avance.
No vale taparse los ojos y caminar como si nuestros pasos no dejasen huella en nuestro planeta…