Hay conceptos que merecen la pena explicar e incluso poner de moda, y este, es uno de ellos. Hoy te vamos a contar qué es el Upcycling, uno de esos anglicismos que cada día escuchamos más y que realmente importa conocer y promocionar.
Sin lugar a duda, los productos que terminamos desechando por considerar que ya no son útiles o valiosos para nosotr@s tienen un gran potencial. Son muchas y diferentes las posibilidades que ofrecen en función de la mirada de cada persona.
Upcycling significa transformar en objetos de valor lo que en un principio consideramos residuos. Aprovechar los recursos disponibles para crear nuevos objetos, a los que proporcionamos un toque de aire fresco mediante la creatividad de cada un@.
Es importante no confundir los conceptos y tener bien clara la diferencia entre lo que supone el proceso de reciclaje o el denominado Upcycling. Y es que en realidad, aunque a primera vista pueda parecerlo, no son lo mismo:
- En el proceso de reciclaje los materiales son extraídos del producto para ser reutilizados. El papel se tritura y se convierte en pulpa, el plástico se fracciona y se derrite en bolitas, el vidrio se rompe y se funde para volver a tostarlo. Esta gestión del material es necesaria para que ese material sea posteriormente utilizado en la fabricación de otro artículo.
- El caso del Upcycling es distinto, ya que éste se considera más un proceso creativo en el que los propios objetos se tratan como un recurso. Los objetos se reutilizan dándoles una segunda vida, con una función distinta a la que fueron concebidos.
El Upcycling es algo más que reciclar, se trata de un recurso para mejorar nuestra sostenibilidad además de aportar un importante valor añadido a los productos o materiales desechados.

Y de ahí viene su nombre, que traducido al castellano puede ser algo algo similar a supra-reciclaje o reutilización creativa. Y es que, en realidad, se trata de un rediseño de productos y materiales ya existentes para convertirlos en algo nuevo. De esta manera, les damos un valor incluso superior al que tenían en origen.
La palabra Upcycling se utilizó por primera vez en 1994 por el ingeniero alemán Reiner Piltz. Él definía este concepto como ″la transformación de un objeto o producto sin uso o destinado a ser un residuo, en algo con igual o mayor valor al inicial, es decir, con una nueva identidad y valor″. Y desde entonces, a través de distintas publicaciones, el concepto ha ido adquiriendo una mayor relevancia.
Y es que, a día de hoy, viviendo la realidad ambiental que se nos presenta, es de vital importancia que interioricemos este tipo procesos tan valiosos para reducir nuestra huella ecológica.


Las ventajas ambientales del Upcycling son obvias. Hablamos de iniciativas que nos ayudan a reducir nuestra huella de carbono y llevar un estilo de vida un poco más sostenible.
Utilizar productos ya existente en lugar de comprar unos nuevos, supone una reducción significativa de las emisiones de CO2. Con ello reducimos las emisiones derivadas tanto de la fabricación del nuevo producto como de su transporte. Por ejemplo, por cada tonelada de textiles desechados usados nuevamente, se evita la emisión de 20 toneladas de CO2. Además, el Upcycling también supone un importante ahorro en los recursos utilizados para la fabricación.

Hay iniciativas muy bonitas relacionadas con el Upcycling que iremos descubriéndote en las próximas semanas. ¡No te las puedes perder!
Y recuerda:
Los recursos no son infinitos, y el planeta, tampoco.
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